Querida comunidad ignaciana:
Finalizamos el mes dedicado a nuestra señora del camino, María. Ha sido un tiempo de gracia, donde ella con su bondad y sencillez nos invita constantemente a observar nuestro corazón para donarlo con generosidad a todas y todos.
Compartimos con ustedes, un mensaje que nos invita a mirarnos y cuidarnos con responsabilidad, a ser hermanos y hermanas de la justicia y de la misericordia.
Le pedimos a ella que nuestro corazón se abra a todas y todos para construir una sociedad basada en el amor, con esperanzas compartidas y con una fe que responda a todas las necesidades de quienes nos rodean.
Les enviamos un abrazo fraterno.
Equipo de formación y pastoral 🌱